miércoles, 9 de febrero de 2011

Lisandro González


Las chispas en la noche

te descalzabas
en silencio
después de haber calzado cosas
de mi vida en tus costillas

y las cosas
se despegan solas
o las arrancás porque hay cosas
de mi vida en otra parte

¿estos papeles sueltos
se irán recopilando en algún libro de carne?
¿cualquiera de esos pájaros
picoteará los montones desvencijados?

te descalzaste entonces
y tu triste talón vulnerable
pudo alejarte
descalza, prudente





La sombra de una sombra

la casa parecía ansiosa:
nos esperaba a los dos
y no a este ramillete
de huesos
por el que vengo dándome a conocer

han pasado varias semanas
desde que tus ojos
cerraron la casa nuestra
y la dulzura del sueño cotidiano
para dar paso a la vida
espalda
contra
espalda
y
distancia, olvido,
dolor, etc.

hoy he venido a esparcir
algo de ese dolor en esta luz ingenua
que habíamos dejado prendida

en el suelo
montones de papeles
que juntos hubiéramos intentado llevar al día

ramas muertas de árboles vecinos
sobre el techo,

el polvo del desconcierto y la ausencia

-en ese rincón
la biblioteca con la piel
reseca de mis libros-

los fantasmas de la casa
se chocan con los que vengo cobijando
y juntos, ellos, yo, todos lloramos
la carne muerta del amor

la casa no entiende:
¿quién es este hombre abatido
en la desmesura de lo roto?

afuera, el mismo sol
de los cementerios,
lo cubre todo y se regodea

en una casa
con un hombre solo







Intervalo lúcido

has lucido intervalos previos

agachaste la cabeza
cuando pensabas
que las colas de cometas te rozaban

saltaste del tren
cuando el tren todavía no había salido

-tal vez, algún rostro como el tuyo dijo
las otras palabras-

has visto el cometa alejarse entonces,
enredado en su torbellino el cabello
de mujeres que alguna vez
dijeron tu nombre
y soportaron el eco

y en algunos intervalos
creíste aquietar las furias







La forma del mundo

la primera luz del año
no llega a la ventana
golpea
y rebota
en un baldío
y en los patios

descontractura
viejos objetos
metálicos olvidados

la forma del mundo, hoy
se hace difícil de seguir,
el modo
en que rotan las cosas





Parado en el muelle

un pez fuera del agua
se pregunta por la altura de los edificios
por ese extraño color azul celeste
de la muerte posible
-las aves recortan
ese gelatinoso panorama
hasta que la mano del pescador
lo vuelve al agua-
¿será “otro” ese pez
que palpó otra muerte
diferente
a la que le espera
una o dos horas más tarde
en la boca de un pez mayor?
¿será entonces pez muerto,
comido
pero no “pescado”?

¿o será
ese par de horas
otra forma de salvación?

(Todos los poemas son de “Intervalo lúcido”, de 2007)

Nota:Nacido en 1973. Reside en Rosario.
Colabora en las revistas “Facundo”, “Poesía de Rosario”, “La Costurerita”, “El vendedor de tierra” y “La Guacha”.
Ha publicado en poesía:
“Esta música abanica cualquier corazón”. Homo Sapiens Ediciones. 1994.
“Leña del árbol erguido”. Ediciones Poesía de Rosario. 2000.
“Hobbies de hotel.” Ediciones en Danza. 2004.
“Intervalo lúcido.” Edición de Asociación Santafesina de Escritores de Santa Fe. 2007
Ha sido incluido entre otros en los volúmenes colectivos “11 jóvenes poetas – Homenaje a Edgar Bayley” (1995); “Café con Letras – Poetas de Rosario” (1997); “Retratos de Poetas” (2000); “Los que siguen” veintiún poetas rosarinos (2002), “Dodecaedro de poetas” selección de doce poetas rosarinos (2004), “Pulpa” (2006); “19 de fondo”, “Poetas del tercer mundo” y “Poesía en el círculo” (todos de 2008), “Perras” (2010, Ediciones en Danza) y “Fin zona urbana” (2010), además de en el CD “Voces de Poetas” (1999) y en el archivo sonoro “Salón de lectura” del sitio web “Sonidos de Rosario”.

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